sábado, 5 de junio de 2010

Kyoichi Katayama

...
-¿Crees en el otro mundo?
-¿Y por qué lo dices?
-Porque mi abuelo y aquella mujer se juraron reunirse en el otro mundo.
Aki reflexionó unos instantes.
-No, yo no creo-dijo
-Pero tú, cada noche, antes de acostarte, rezas, ¿no?
-Es que yo creo en Dios-dijo Aki con resolución.
-¿Y qué diferencia hay entre Dios y el otro mundo?
-No sé. A mí me da la sensación de que el otro mundo es algo que nos hemos inventado porque nos conviene. ¿A ti no?
Lo pensé un poco.
-Entonces mi abuelo no podrá estar junto a ella tampoco en el otro mundo, ¿no?
-Bueno, sólo se trata de lo que yo creo o dejo de creer-dijo Aki en tono de disculpa-. Y tu abuelo y ella pensaban de otro modo.
-También es posible que Dios se algo que nos hemos inventado porque nos conviene, ¿no? Ya se ve en lo de "rogarle a Dios" o cosas por el estilo.
-Mi Dios no tiene nada que ver con eso.
-¿O sea que hay muchos dioses?¿O diferentes tipos de ellos?
-Aunque no crea en el paraíso, puedo respetar a Dios. Y es porque temo a Dios por lo que le rezo todas las noches.
-¿Para que no te castigue?
Justo en el instante en que la discusión alcanzaba su punto culminante, el profesor exclamó:
-¡Vosotros dos, que desde hace rato no paráis de hablar!
Y, como castigo, nos hizo ponernos de pie al fondo de la clase. "Eso es el poder!", pensé yo. Estaba permitido hablar sobre la posibilidad de un cruce entre un ser humano y un chimpancé, pero no sobre el amor entre un hombre y una mujer que trascendiera el tiempo...
de pie, seguimos discutiendo entre susurros sobre la historia de mi abuelo....

(Fragmento del libro: "Un grito de amor desde el centro del mundo" de Kyoichi Katayama)

1 comentario:

Reikaze dijo...

Aaah muy bueno...